EL SEMANARIO GRATUITO

EDITORIAL

POR COMECHINGONES MULTIMEDIOS

Y entonces me dice que la comunicación es un verbo.

Que ahí donde no había nada, ahora hay algo.

Como tener un hijo o una hija.

O hacer una torta o una huerta.

No comprar, no comprar hecho. Hacerlo. Construirlo.

Desde mi punto de vista eso es la comunicación profesional. Construir y crear.

Desde que re habitamos Traslasierra es también el arte de creer.

Vivimos un tiempo relativo. Siempre lo fue, pero a estas alturas el siglo XXI demuestra mucha menos creatividad de la que imaginamos. Días en donde los liderazgos han envejecido tempranamente y todos los esfuerzos se han alineado en la efectividad, la reacción, los 15 segundos, el llame ultra ahora ¡ya! y el ruido. Tanto tanto ruido.

Entonces este momento de diálogo entre un lector y un editor, ambos cumpliendo su rol histórico de ocupar atemporalmente cada uno su sitio es medio demodé, pero sin embargo deja de manifiesto algunas cosas más:

Que el tiempo es también individual y seguramente tiene que ver con lo que cada uno tiene en su alma. Que difícilmente nos pongamos de acuerdo si no sobrevivimos juntos a una circunstancia intensa y usted está ahí, yo estoy acá y no sabemos cuando se realizó este acto de comunicación, pero ambos convivimos en este instante de lectura y escritura.

Eso es Imagina!

Que la distancia es relevante y que vivimos tan cerca como nuestras acciones nos lo permiten.

Eso es Imagina!

Que la inteligencia es humana y es prima del humor. Que vamos a reír y a pensar. Que en este semanario nos estamos preguntando las cuestiones fundantes de cualquier comunidad y lo hacemos revisando nuestras mochilas de prejuicios a cada rato.

Eso es Imagina!

En Comechingones Multimedios nos estamos apoyando en esa idea. Queremos contar lo que pasa y en ese contar creamos herramientas, instrumentos, recursos, hijos e hijas de la época y de nuestras historias. En esta tarea nos ponemos atrevidos y soñadores.

Tiene en su mano la segunda edición del semanario Imagina! que se distribuye gratuitamente en todo el valle de Traslasierra. Por iniciativa, por voluntad y por una búsqueda casi desesperada de soberanía. Ese atrevimiento de hacer cosas imposibles es un acto colectivo de religiosa esperanza en el futuro

Ese lugar donde nos vamos a encontrar para celebrar haber llegado con vida.