EL TABACO EN TRASLASIERRA
La actividad tabacalera fue muy importante para Nono como para toda Traslasierra y su agónico fin fue un duro golpe para la economía regional, en especial para las familias que trabajaban de ésta, teniendo que cambiar su cultural forma de vida para subsistir.
NUESTRO VALLE
POR RODRIGO NAVARRO AKIKI


La actividad tabacalera en el valle de Traslasierra fue muy importante para la economía regional durante más de medio siglo. En la década de 1920 se empezó a fomentar ésta producción en la zona desde el Estado Provincial y Nacional (Barrionuevo Imposti. 1953: 710) ya que es una de las actividades económicas que más horas de trabajo y mano de obra demandan por sus faces agrícola y fabril (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2011), sumado a que la zona brinda las condiciones geográficas y climatológicas adecuadas para este cultivo (Salinardi, 2006:138). Se estima que para 1930 se empezó a trabajar el tabaco en Nono principalmente en las zonas del Alto de Nono y Las Calles donde se producía una hoja de muy buena calidad, luego también se cultivó en los parajes de San Huberto, Bajo el Molino y hasta cerca del centro de Nono donde hoy en día está el Camping “La Aldea”. Mediante entrevistas realizadas a personas que trabajaron y vivieron del tabaco pudimos distinguir tres tipos de familias productoras:
Pequeños Hacendados: Propietarios de una pequeña estancia donde se llevaban a cabo variadas actividades económicas y como adicional el tabaco.
Grandes Hacendadas: Familias que trabajaban entre otras cosas el tabaco y rentaban campos a otras familias productoras.
Arrendatarios: Familias que no poseían tierras y arrendaban campos para poder subsistir trabajando mayoritariamente el tabaco ya que generaba dinero necesario para pagar la renta.
En estos tres tipos de familias todo el grupo familiar participaba de la producción dividiéndose en tareas, dado a que ciertos pasos de la producción agrícola del tabaco eran de poco esfuerzo físico, los niños y ancianos podían colaborar en esta actividad evitando muchas veces la necesidad de adquirir empleados.
Para las décadas de 1960 y 1970 las empresas comenzaron a cambiar sus regímenes de calidad y el tabaco de la región empezó a ser cada vez menos valorado, esto más las crisis económicas e inflación de la época fueron bajando la rentabilidad de esta producción haciendo que muchos abandonen la actividad progresivamente y haciendo que ésta vaya retrotrayéndose hacia Villa de las Rosas, donde se ubicaban las dos más grandes acopiadoras Massalin & Celasco S.A. y Nobleza Piccardo S.A.I.C y F, que abandonaron la zona en 1980 y 1981 en búsqueda de mano de obra barata en el Norte del país.
La pérdida de rentabilidad progresiva y la deserción de las últimas acopiadoras de la zona fueron generando desocupación en un contexto que cambiaba de forma desfavorable incrementando la necesidad del dinero en efectivo y dejando de lado la perviviente, hasta entonces, economía de autoconsumo. Para suplir el vacío del tabaco surgieron la construcción, la obra pública, empleo público, los servicios domésticos, entre otros trabajos que demandaban la movilidad de los miembros mayores de las familias y generando la imposibilidad de ayuda de los miembros menores. La pérdida de este pilar afectó a toda la estructura económica de la zona afectando a la productividad y empleo de los demás rubros económicos, forzando a personas a migrar a centros urbanos en búsqueda de trabajo y precarizando el empleo local.
Como consideraciones finales, la actividad tabacalera fue muy importante para Nono como para toda Traslasierra y su agónico fin fue un duro golpe para la economía regional, en especial para las familias que trabajaban de ésta, teniendo que cambiar su cultural forma de vida para subsistir.
Trabajo de investigación completo disponible en:
Biblioteca del I.S.Dr. Carlos M. Carena de Mina Clavero
Solicitar al Mail rodrigonavarronono@hotmail.com.ar