LA COMUNIDAD EN ACCIÓN
Quienes venimos trabajando para que sea reconocida y se detenga la secreta y cotidiana manipulación artificial del clima, celebramos este hecho no sólo porque sienta un precedente importante en todo el país, sino por todo lo que costó y significa para tantas comunidades que desde hace más de dos décadas venimos denunciando esta problemática.
AMBIENTE
POR CECILIA SUSTERSIC


El día miércoles 20 de Noviembre de 2024, el Senado y la Cámara de Diputados de la Provincia de San Luis, aprobaron la Ley de Regulación de Tecnologías en la Modificación del Clima, Ley Nº IX-1148-2024, estableciendo la prohibición del uso de cualquier técnica, actividad, mecanismo, sistema y/o tecnología destinada a alterar y/o modificar artificialmente de forma directa e intencional la fase atmosférica del ciclo hidrológico en las etapas de condensación o precipitación, y/o provocar cambio artificial del clima, sobre el territorio provincial.
La mayor alegría ante este pequeño gran paso, viene de la conexión profunda que se siente con la historia de las luchas y las personas que pusieron tanto empeño y trabajo para que se conociera y detuviera el injusto robo del agua atmosférica y modificación de los patrones climáticos naturales. El reconocimiento y gratitud a esos y esas valientes que nos precedieron, que tantas veces también fueron tratados de locos, ninguneados, silenciados como ignorantes, fantasiosos, o creadores de mitos, cada vez que se atrevían a hablar de lo que veían y escuchaban en el cielo ante la llegada de las tormentas.
Claro que a esta altura no nos cabe la ingenuidad de creer que una ley por sí misma, tiene el poder de cambiar una realidad tan compleja. Tampoco cambia la recurrente discursiva de ciertos grupos, para intentar que no se sepa que la ciencia ha desarrollado un centenar de inventos patentados y comercializados, que se usan desde hace más de un siglo, para la modificación del clima. Pero eso no nos quita la alegría de este reconocimiento institucional, que San Juan y San Luis han dado este año, a lo que muchísima gente en el mundo ve, sabe y denuncia. Es un acto de escucha, atención y justicia.
Está visto que, además de los intensos desafíos que atravesamos en el presente, nos toca a las comunidades unidas interpelar continuamente a quienes asumen responsabilidades de gobernanza –como estilan decir en estos tiempos-, para que se cumplan las leyes, se proteja a los más vulnerables, se respete la integridad de los territorios, y sobretodo no se entregue al mejor postor lo que sustenta el buen vivir de las poblaciones.
Y en esto, las acciones concretas, aunque parezcan pequeñas, van sumando, importando, significando. De hecho, cuando se dan estos “logros”, agradecemos las muchas veces en que elegimos salir de la virtualidad y catarsis de las redes sociales, para ir al encuentro, organizarnos, conocernos y conversar cara a cara, buscar juntos las formas, las manifestaciones, los cantos, los carteles, todo lo que creamos para visibilizar, realizar una marcha y dar la cara aunque seamos pocos, los viajes, las charlas de difusión, las entrevistas, las asambleas y reuniones, el hacer prensa sin pausas, las notas, los documentos, las investigaciones, las audiencias con funcionarios y legisladores, los desvelos, todo lo que se deja para para dar espacio-tiempo y entrega a esta causa.
Definitivamente esta nueva herramienta institucional en la Provincia de San Luis, nos recuerda el valor de la perseverancia ante lo que a menudo parece imposible de cambiar. Perseverancia que sólo podemos sostener con el apoyo, fuerza y contención mutua de la comunidad que se encuentra y proyecta como CLAMA (Cielos Limpios en América Monitor Ambiental), MIPAC (Movimiento Interprovincial por el Agua del Cielo) y cada vez más organizaciones, medios de comunicación y personas que se suman a la tarea de velar por cielos limpios y sistemas climáticos naturales, libres de las peligrosas y perjudiciales intervenciones químicas y tecnológicas de la geoingeniería.