POR COMECHINGONES MULTIMEDIOS
¿De qué sirve hacer un periódico impreso?
¿En 2024?
¿Para qué ampliar el debate público? ¿Qué sentido tiene pedir permiso? ¿Qué sentido tiene pedir perdón?
La nota de medios de este ejemplar plantea un panorama que consideramos peligroso para estos tiempos.
Este mes estuvo cruzado por fuego. No hubo ni iluminación ni más barbarie que civilización frente a miles de hectáreas que literalmente se volvieron cenizas.
El agua y el fuego son los factores preponderantes para estas tierras del valle de Traslasierra tanto por abundancia como por escasez.
En la radio 89.7 cada día se repite la pregunta sobre qué es eso que llamamos “el progreso”. Casi nunca las respuestas condicen con la realidad.
“Tenemos confundidos los términos” dicen desde la moral espiritual y el estilo de vida. Somos, en definitiva, fuentes de inconsistencias. De rebeldías desganadas. De ideas confundidas. De procesos de una especie en extinción. Por alguna razón nuestra generación dejó de responsabilizarse por las que nos suceden, dejamos de pensar un mundo para los hijos de los hijos en el afán de consumirlo todo. No hay futuro, murió la historia y todo eso que nos vendieron en la segunda mitad del siglo XX apañó liderazgos caracterizados por nuestras miradas resignada del mundo.
El término libertad dejó paso a la sustancia adrenalínica del gritar por gritar. La justicia social dejó espacio libre para que partidos de izquierda vaciaran sus convocatorias. La democracia delegativa tal y como la conocíamos, dejó de curar, de educar y de dar de comer.
Por eso, a lo mejor se explica que haya tanto fuego y cada vez menos agua.
Podríamos sustentar nuestros caminos, renegar de los destinos posibles, tirar piedras, patear tachos, rebelarnos ante el poder establecido o simplemente tomarnos el atrevimiento de tratar de entender y de convivir con las contradicciones, con la complejidad de la realidad y los intereses en juego de una historia muuuuchísimo más larga.
Son tiempos para no amedrentarnos, para no bajar los brazos, para no perder la alegría, para mantener la convicción y la condición de especie y ampliar cada vez más las formas, las maneras, las mesas, los espacios.
¿Para qué una segunda edición de un periódico impreso en 2024?
Para eso, como las utopías, para caminar.
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